Fue en Inglaterra donde comenzó la tradición del anillo de compromiso. Un Lord Ingles queriendo demostrar ante todos los nobles de la época su amor hacia una plebeya se acerco donde su amada y le dijo: ¨Te entrego este anillo de compromiso como promesa de amor, pues el diamante es eterno, y no hay nada en este mundo que lo pueda desgastar, y te lo pongo en el dedo anular de la mano izquierda porque hay una vena que va directamente a tu corazón".
Ante tan romántico acto todas las doncellas exigieron a sus pretendientes que siguieran este lindo gesto. Instituyéndose de esta manera la hermosa tradición que se perpetua hasta nuestros días.